Falta un mes, exacto, para que la utopía acabe. No quería hacer una cuenta atrás, pero hoy, volviendo de la fiesta de Halifax solita, mis 15 minutos de camino me han puesto el cerebro en funcionamiento.
Esto se acaba, fiestas, gente, proyecto, idiomas, viajes, sensaciones...y un sinfín de cosas que no puedo enumerar porque no acabaría nunca. Dónde quedarán estos días, a dónde irá toda esta gente, que será de todos mis lugares en Aachen...
Volver a Madrid...necesito nuevas ilusiones y motivaciones...¿las encontraré?. Espero que la experiencia de vivir en un piso compartido y dejar el colegio mayor, de no tener responsabilidades en una ciudad tan llena de eventos y lugares por ofrecerme, de reencuentros con amigos y de posibilidades de conocer a más me ayuden a pasar mejor este trago.
Al menos, todo lo que me ha cambiado este Erasmus va a seguir conmigo, para lo bueno y para lo malo. Seguiré siendo la misma egoísta que se acuerda de lo bueno que es tener un novio para que te acompañe hasta tu casa y no te deje sola por caminos oscuros; pero ya no seré nunca más la chica deprimida y rayada por ese gran problema que me acompaña desde siempre. La vida tiene demasiadas cosas que ofrecer para que yo me preocupe por algo que no puedo cambiar y que siempre me ha jodido en muchos momentos de mi vida.
Lo dicho, para lo bueno y para lo malo, para lo que me ha dado y me ha quitado el señor Erasmus, para lo que ha llegado nuevo y lo que ha perdurado.
Por cierto, ¿que manía es esa de saludarme alborotándome el pelo?. Hoy 3 personas me han hecho lo mismo. Joe, que cuesta peinarse xD.
Foto en Brugge, Bélgica.
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